21 de mayo
de 2016, por Lunettes Rouges
Lo que
primero llama la atención en la instalación de Eva Jospin en la Cour Carré del Louvre (hasta el 28 de agosto) es la manera como la presentan. Antes de
descubrir los altorrelieves, debemos enfrentarnos con una sucesión de recintos
concéntricos por los cuales hay que pasar antes de llegar al centro : los
edificios clásicos de la Cour Carré, después una pila circular de piedra en
donde se pudre un agua verdosa, luego, en el interior de la pila un pabellón
decagonal, cuyas paredes reflejan las fachadas del Louvre, correspondencia y espejo
(seguramente a propósito y a causa del ángulo obtuso en su dirección, no se ve
la pirámide, la otra estructura añadida).
Eva Jospin, Panorama |
Luego un
pasillo oscuro que se enrolla en el interior del pabellón y que conduce a
través de una puerta ojival a una plataforma de observación rodeada por una
baranda de donde se puede descubrir la pared panorámica que es la obra misma :
una escultura mural de cartón, una jungla de árboles, ramas, raíces, hecha de
estratos horizontales y de impulsos verticales. Ahí vemos la obsesión de Jospin
por el bosque, con sus numerosas instalaciones anteriores de apariencia
cinematográfica.
Eva Jospin, Panorama |
Frente a
esta repetición que podría cansar, el interés está en la imbricación en el espacio. Claro que el
argumento histórico (estamos en el Louvre) insiste sobre el hecho de incluir la obra en la historia del
panorama (probablemente le esté haciendo un guiño a Daguerre en la cámara
oscura). También veo una referencia lejana a la dos casas de Michal Rovner en
la Cour Napoleón (2011), y me gusta mucho esta analogía courbeto-duchampiana.
Eva Jospin, Panorama |
Y sobre
todo, la imbricación, la progresión de un espacio al
otro me parece una invitación hacia un espacio reservado, sagrado, un sancta
sanctorum, en donde todo se juega con la progresión y los contrastes : exterior
hacia interior, el cielo hacia la gruta, luz hacia oscuridad, mineral hacia vegetal, reflejar absorber, apertura hacia encierro, monumental a íntimo, liso y pulido a táctil y
áspero, cultivado a natural. Y para mí ese es el interés principal de la obra.
Fotos 1
& 2 cortesía
noirmontartproduction. Fotos
3 & 4 del autor.
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