11 de octubre de 2015, por Lunettes Rouges
(orignal en francés, aquí)
David Brognon y Stéphanie Rollin, Cosmographia, captura video, 2015 |
Aunque se haya ahorrado la indicación del nombre del comisario en el cartel, la entrada en el Espacio Ricard para ver la exposición de los nominados al Premio Ricard (cuyo ganador será anunciado el próximo 23 de octubre) le recordará seguramente el Palacio de Tokyo de hace algunos años : vida y muerte de una camioneta (sin mucho interés, pero el montaje video es bastante tenso), un falso laboratorio de biología, otro falso laboratorio de alquimia (extraer el oro de las placas base), e hilos en las paredes, todo eso sustentado con argumentos confusos sobre los polos, los vectores y las luciérnagas (Pier Paolo, despiértate, se volvieron locos). En medio de la celebración del espectáculo y del efecto a cualquier precio (en donde algo de publicidad para la Chalet Society no parece un adefesio), sólo dos o tres obras sacan la cara y evitan los argumentos de pacotilla ya que proponen argumentos de verdad.
Grace Hall, Penetration Dive, 2015, foto Aurélien Mole para Ricard |
Como no me animé a sumergir las orejas en el agua sucia del tonel de la desconocida Grace Hall, no escuché las sirenas, poemas que resuenan con el cuerpo del que escucha, pero solamente bajo el agua; y saber que Grace Hall creció en una comunidad de sordo mudos me incita a pensármelo mejor y me dan deseos de explorar la densidad aparente de su obra.
Julien Dubuisson, para Sylvie y Bruno, 2013, yeso y repisa |
Julien Dubuisson (que descubrí en Dynastie) presenta un vídeo en el cual una chiquilla construye un molde de yeso al construir un cubo alrededor de un rostro (¿para el vertido del bronce fundido?), sin dudar un segundo sobre el montaje complejo de ese rompe cabezas o Rubik's Cube que empieza por un moldeado probablemente funerario para terminar en mastaba. O puede que sea un moldeado interior de Rachel Whiteread. Sobre una repisa el moldeado en yeso de una pierna del artista, evocación a la vez escultural y mortuoria; pero es una pierna hueca y su vacío tiene la forma del brazo de la mujer del artista : vacío y lleno, interior y exterior, blanco y sombra, masculino y femenino, huella y rastro. Estas si son obras que dan qué pensar.
David Brognon et Stéphanie Rollin, Cosmographia, installation, 2015 |
Para terminar, el duo Stéphanie Rollin y David Brognon presenta la única obra política de la selección (ya habíamos visto que a MOW no le gustaba mucho ese género, demasiado arriesgado, demasiado indigesto), en el sentido en se trata de reflexionar sobre territorio e historia lo que está lejos de ser insustancial : levantaron, a escala uno, el contorno de una isla, lugar de ensueño y espacio de encierro, a pesar del viento, las rocas, los acantilados. Tarea absurda ya que olas y mareas impiden que ese contorno sea fijo (lo escamotearon en la exposición y no muestran el video), tarea política ya que se trata de las costas de la isla de Gorea, estación de la esclavitud, icono de la economía de la trata de esclavos y lugar para recordar, recuerdos en buena parte ficticios y romanescos. Intentar reducir esta realidad a un simple trazado gráfico incierto, a 3066 calcos del terreno, a 3066 sobres enviados al galerista de Bruselas, y presentarlo de forma tan despojada, es ante todo, me parece, cuestionar de manera inédita (Borges, solo...) la manera como el mapa, la representación, son necesariamente inexactos; es hacer resaltar de qué manera la historia enunciada hoy no es fiel a la realidad que se supone debe representar; es un enfoque artístico en medio de estas dos imposibilidades : crear lo verdadero en lugar de buscar una verdad. Estamos en las antípodas de los pasatiempos iniciales. Pero ya no estoy en el colegio de electores del Premio...
Fotos 3 & 4 del autor.
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