(artículo original en francés, aquí)
Varias exposiciones sobre el arte marginal últimamente, y sigue la preocupación de su definición, de las categorías, de incluir o no : ¿ esta obsesión por categorizar es más fuerte en un ámbito que busca legitimación (ahora que incluso ArtPress lo adopta...) ? Yo no se, pero con seguridad ello condiciona la visión.
Collection abcd à la Maison Rouge, vista de la exposición , foto Marc Domage
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En la Maison Rouge, que exponía hasta el 18 de enero la colección abcd, al intentar orientarme me dí cuenta de que soy más sensible ante las obras que tienen un anclaje histórico, racional, relacionado con el lenguaje, las matemáticas, la cartografía o la enciclopedia. Aquellas ante las cuales, para mi, el interés esencial no es tanto la obra en sí, como la vida atormentada del artista y las circunstancias en las cuales realizó sus obras, me parecen no menos pertinentes, sino en todo caso menos portadoras de una interrogación estética, artística : si las miro sin saber quién las ha hecho, paso rápido y distraído; incluso durante la visita me impresionó ver que las salas de exposición estaban relativamente vacías y, en cambio, la sala en donde pasaban pequeñas películas contando la vida de esos artistas, estaba totalmente llena.
Collection abcd à la Maison Rouge, vue d'exposition, ph. Marc Domage |
Es verdad que me dio mucho gusto volver a ver las obras relativas al idioma de Dan Miller, los polaroids de Horst Ademeit, los mapas meteorológicos de Zdenek Kosek y las maquinas lógicas de Jean Perdrizet, y por supuesto a Henry Darger, y a muchos otros, no me voy a negar ese placer. Pero, por ejemplo, me interesarían tanto las esculturas de Judith Scott (suspendidas en la foto aquí arriba), si no supiera nada de ella ni de su minusvalidez? Lo que admiro, ¿es la proesa o la obra?
Albert Moser, A Panoramic View of a mural on side of a building at a parking lot and 12th street, Philadelphia, PA, juin 2005
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En cuanto a la inclusión de la fotografía en el arte bruto, que el folleto de sala define como la "repetición obsesiva de los mismos temas", naturalmente no estoy totalmente de acuerdo : la repetición no es sino un factor secundario, lo que cuenta es por un lado, la elección de lo temas (así la puesta en escena de los retrato de su esposa por Eugène von Bruenchenheim o las muñecas de Morton Bartlett), y sobretodo la rebelión contra el proceso fotográfico estándar (los panoramas de Albert Moser). Y realmente no veo lo que Tichý viene a hacer en esta exposición, es como si volviéramos a los vanos intentos del psiquiatra Buxbaum en 1989 para incluirlo en el arte marginal, borrando todas las investigaciones más recientes sobre su obra. En fin...
La mère François |
Petra Werlé |
Marc Giai-Minet |
Peter Keene |
Otra exposición, la de una parte de la importante colección de Antonio Saint Silvestre y Richard Treger, en la antigua fábrica Oliva en São João de Madeira al sur de Oporto. La exposición se preocupa por diferenciar arte marginal y arte singular (en el primer piso, el comisario es Christian Berst) y arte singular en el piso bajo : también aquí hay una cuestión de definición (y de nuevo Tichý en el arte marginal...), con salas dedicadas también a la figuración libre, de otros al arte haitiano contemporáneo. He aquí algunas joyas al recorrer las salas. Vea, privilegiemos los crucifijos, como aquel, alucinado, de la Mère François, ése en miga de pan bajo vidrio, de Petra Werlé y la compleja armazón de libros, muebles y máquinas de Marc Giai-Minet. Y también el metrónomo eléctrico de Peter Keene.
Paul Amar, ST, 100x165x28cm |
Paul Amar |
Una sala esta dedicada a las instalaciones de Paul Amar, hechas con conchas y corales pintados, cubiertos con esmalte para uñas y otras sustancias, que forman un universo barroco deslumbrante. (De paso miren lo bien hechas que están las páginas de esos artistas marginales).
Peter Saul, Napoléon, 1995 |
Aquí, incluso las pinturas de la figuración libre tienen una parte alucinada. Y así uno va yendo por las salas, en medio de esos mundos inventados.
[yo había escrito un texto más largo sobre esta exposición, y una "operación de mantenimiento" de la página del monde.fr, para instalar un nuevo diseño de pagina, tuvo problemas, así que mi texto desapareció ya que la copia de seguridad no funcionó : solo problemas en esa página... Entonces volví a escribirlo lo mejor posible pero más corto.]
Vista aérea, 1948 |
Terminé con la visita de un lugar en donde la colección de arte marginal es modesta (aquí, a partir de 3'15"; citemos sin embargo a Jaime Fernandes), pero el lugar es extraordinario. En un hospital de Lisboa desmantelado, Miguel Bombarda (llamado como uno de los pioneros de la psiquiatría portuguesa, a quien una de sus pacientes desafortunadamente mató la víspera del día en que debía liderar la revolución para tumbar la monarquía), el pabellón de seguridad fue construido a finales del siglo XIX, con los planos del Panóptico de Jeremie Bentham : es uno de los raros panópticos psiquiátricos en el mundo, incluso si la torre central desapareció desde hace tiempos.
Pabellón de Seguridad |
Su arquitectura modernista (de José María Nepomuceno) se caracteriza por la pureza de sus líneas, la economía de formas que me parece, anuncian el Bauhaus o Franck Lloyd Wright.
Es un lugar que abren rara vez, que se visita poco y es totalmente sorprendente. La película de Javier Téllez, El Rinoceronte de Dürer fue rodada allí, y también una secuencia de Recuerdos de la Casa Amarilla (1h44' a 1h52') de João Cesar Monteiro.
Fotos Maison Rouge por Marc Domage, cortesía de la Maison Rouge; fotos Paul Amar, cortesía de Oliva Creative Factory; fotos Pabellón de Seguridad, procedentes de las páginas indicadas en los enlaces; fotos de los crucifijos y de Peter Saul, del autor.
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