(artículo original en francés, aquí)
Eli Lotar, En los Mataderos de La Villette, 1929, col: Metropolitan Museum NYC |
La primera imagen que le viene a la mente a la mayoría cuando evocamos el nombre de Eli Lotar es esta foto de patas de ternera (y el mismo tema en primer plano) que fotografió en los Mataderos de la Villette en 1929, sin duda porque esa obra combinaba una verdadera dimensión documental y un tratamiento cercano al surrealismo : en una de sus fotografías, el hombre que contempla un montón de tripas por el suelo es Pierre Prévert, y la serie era un encargo para ilustrar el artículo "Matadero" de la sección "diccionario" de Documents, la revista de Georges Bataille.
Eli Lotar, Isolateur, hacia 1930, col. Centre Pompidou |
La exposición sobre Lotar en el Jeu de Paume (hasta el 28 de mayo) presenta su obra de manera más completa; fue organizada con el Centro Pompidou y a veces se siente : un poco más de rigidez científica, un poco menos de creatividad libertaria. Sus orígenes muy inspirados por la Nueva Visión y por su compañera e iniciadora Germaine Krull parecían bastante clásicos : picado y contrapicado, juego de báscula, arquitecturas de hierro de la torre Eiffel o de un circo o aparejos de barcos, detalles insólitos de un aislamiento eléctrico o de un avión, rejas y estructuras, el total perfectamente en el ambiente de la época.
Eli Lotar, ST (Lisboa), 1931, col: Centre Pompidou |
Sin ser realmente surrealista, juega muy bien con lo real y la percepción. De un viaje breve a Lisboa en 1931 para preparar una película sobre la cantante de fado A Severa (primera película sonora portuguesa), se trae esta imagen bastante reveladora de su manera de trabajar, picada, incoherencia y mirada hacia la multitud.
Eli Lotar, Feria de Paris, 1928 |
Muy pronto se distingue de la frialdad estética de sus contemporáneos al introducir en sus imágenes una dimensión que si no es social es por lo menos más humana. Cuando tuvo que realizar un reportage sobre la Feria de París, fotografió las piernas de los visitantes recorriendo los pasillos, sus pisadas, su cansancio. En lugar de tener una multitud dada, lo que nos queda es un concepto de multitud, una generalidad sin arraigo, fuera de lugar, casi fuera del tiempo, hasta tal punto que más tarde esas imágenes fueron recicladas en un reportaje sobre el Bosque de Boulogne y en otro sobre la prostitución. No estoy seguro de que su obra sea comparable con la de Atget, como se ha afirmado algunas veces : si sus melancolías son primas, Lotar no es tan rigoroso como Atget, juega mucho más con sus motivos.
Eli Lotar, Las Hurdes, 1933, col. Centre Pompidou |
Es esencialmente en su trabajo como operador o realizador de películas que su dimensión social se afirmará, ya sea como asistente de Buñuel en el rodaje de Tierra sin pan (Las Hurdes), o al realizar un reportage sobre los tugurios de Aubervilliers, un encargo del alcalde comunista Charles Tillon que lo encontrará demasiado poético y no lo suficientemente activista.
Eli Lotar, Giacometti en el hôtel de Rive, Ginebra, 1944 |
Al final de su vida, Lotar fue el último modelo de Giacometti (que había conocido en Ginebra durante la guerra, arriba). El uno esculpía a su modelo (hubo tres bustos, este no es el de la exposición), el otro fotografiaba a su escultor. Es un equivalente visual de los libros de Jean Genet, de Isaku Yaneihara y de James Lord. El diálogo se termina con la muerte de Giacometti en 1966, seguida de la de Lotar tres años más tarde.
Alberto Giacometti, Busto de Eli Lotar, 1965 |
Fotos 1, 2, 3 & 5 cortesía del Jeu de Paume. Todas las fotos(c) Eli Lotar
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