17 de julio de 2016, por Lunettes Rouges
(Artículo original en francés, aquí)
Muchos fueron los que les reprocharon a los Encuentros el año pasado que presentaran tan pocas fotógrafas, hubo solo una en exposición individual (fuera del Premio Découverte), además no muy buena y con un tema taaaaaan femenino, el flechazo. Parece que oyeron el mensaje y este año hasta hubo un Premio Madame Figaro para una de las mujeres que expusieran (incluyendo algunas del Premio Découverte, del que hablaré más tarde, y otras de exposiciones colectivas). O sea que se hizo el esfuerzo; en cuanto al resultado (igual que con los hombres), exposiciones medianamente interesantes y solo una sobresalió realmente : además nadie se equivocó y fue ella (eso parece) quien obtuvo sobradamente el premio.
Objeto firmado Katarina Jebb en venta en la tienda del Museo Réattu, foto del autor
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Empecemos entonces por las menos convincentes (aunque la lista Madame Figaro no sea exactamente la misma) : los escanes de Katarina Jebb en el Museo Réattu no parecen ser otra cosa que artilugios de proezas técnicas : la pieza más interesante de su trabajo es el escán del cenicero de Balthus, reproducido en un cenicero múltiple y que venden 250€ en la tienda del museo, para que vean. En frente la galardonada con el Premio BMW, Alinka Echeverría, que hizo únicamente un jarrón decorado con una imagen de Serena Williams, incluso con todos los discursos de mundo (aunque se cite a Flusser sin nombrarlo) no se va demasiado lejos, no mucho más lejos que los flechazos de la galardonada del año pasado. En cuanto a los collages de Maud Sulter, no entendí mucho.
Stéphanie Solinas, Sin título (caja #1), Le Palais de l’esprit, 2016 |
Son más interesantes Langing Zhu y su trabajo sobre la insularidad, lástima la mala presentación, y Clémentine Roche con su persecución de un personaje enigmático (en la exposición consagrada a las tres "mejores" diplomadas de la ENSP). Luego, Stéphanie Solinas nos sorprende al presentar un trabajo documental sobre una lonja metálica que pasó del noble estatuto de Gran Palacio de la Exposición Colonial de Marsella a ser una tienda de arroz en Arles : numerosos documentos recogidos con bastante mano de obra e investigadores, y que presentan con un recorrido lineal bastante seco y con un vídeo parlanchín. De la lonja, escarbando un poco, podríamos hacer lecturas múltiples, desde enfoques arquitecturales, pos coloniales, sociales e incluso botánicos. Pero lo que hace falta en la obra aquí presentada es la obsesión categorizadora, la voluntad de catalogar todo de forma exhaustiva hasta lo absurdo y que fue el atractivo de las obras anteriores de Stéphanie Solinas, como las de Dominique Lambert (que muestran en Nimes al margen de los Encuentros) o las tumbas del Père Lachaise, cualidades ausentes esta vez o en todo caso bastante atenuadas.
No es para nada sorprendente que la galardonada haya sido Laia Abril, que se desprende netamente del grupo, con un trabajo sobre el aborto y las dificultades que encuentran las mujeres en los países en donde aún está prohibido o es demasiado complicado; es una obra comprometida, apasionada, radical y que incomoda. Entre retratos de mujeres que cuentan su historia y documentos procedentes del Museo del Aborto y de la Contracepción de Viena, esta joven fotógrafa nos presenta una exposición excepcionalmente fuerte, no solamente por su argumento sino también por su estilo frontal, directo, sin concesiones y por su enfoque que sobrepasa los límites de la fotografía. Me parece que el único error es la escultura con ganchos en el centro de la sala : demasiado anecdótica, poquísimo sutil, no añade nada, al contrario.
Zanele Muholi, Bester 1, Mayotte, 2015 |
Otra fotógrafa de gran talento en Arles, en la exposición de LUMA, fuera de los Encuentros propiamente dichos, y es sin duda la razón por la cual Madame Figaro no la incluyó en su selección : se trata de la sudafricana Zanele Muholi que hasta ahora conocíamos por su trabajo sobre la comunidad LGBT de su país, y de la cual sabemos que es además una militante muy activa y que ha sufrido de homofobia hasta el punto que le destruyeron sus archivos. Presenta autorretratos con peinados extraños, a veces hechos con instrumentos de aseo, pinzas para extender ropa o estropajos para fregar. Burlándose de la fascinación blanca por los peinados africanos, se muestra en estereotipos exagerados, la piel ennegrecida, la pose orgullosa; evoca a su madre Bester y a todas las empleadas domésticas negras de la época del apartheid al tiempo que las fotos Polaroids de las "dompasses". Me parece que es la primera vez que su trabajo se desprende de sus argumentos estrechamente LGBT para volverse más universal y crea mucha fuerza. El título de la exposición en zulú significa "Hola Leona negra". Deben leer el pequeño periódico de la exposición. Con estas dos artistas, Laila Abril y Zanele Muholi, Arles presenta este año una fotografía feminista, llena de dignidad y de afirmación y que no puede dejar indiferente.
¡ Felicitaciones !
Foto 1 cortesía de Suzanna Pozzoli que realizó un muy buen reportaje.
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