(Artículo original en francés, aquí)
Danila Tkachenko, el submarino más grande del mundo a propulsión diesel, región de Samara, Rusia 2013, foto de la exposición in situ |
En los Encuentros de Arles tenemos los Encuentros y también el Off. Para el programa oficial le entregan un desplegable verde y blanco, que junto con la tarjeta de acceso marcada con Pro o Press o Staff es su signo de reconocimiento, su hoja de ruta. Y en él, 24 hojas con la lista de las exposiciones y eventos junto con el "programa asociado", un entre dos, entre on y off que incluye las exposiciones de LUMA, del ENSP, de Olympus, del Museo Réattu y del Méjan - Actes Sud. Entonces, en el Méjan después del butoh en el piso bajo ( volveré más tarde sobre esto, por supuesto, es una ocasión buenísima para confrontar dos fotografías), nos estamos preparando sin mucho entusiasmo para subir al primer piso a ver la etnografía algo ingenua de Hans Silvester. Y allí, bañado por la luz amarillenta de las casas de Los Bench (etnia poco conocida del sur de Etiopía, un obra documental interesante, sin más), descubrimos con estupefacción la obra extraordinaria de un artista que no mencionan en ninguna parte, ausente del programa, olvidado de todos los oficiales, descuidado por los medios, siendo que a mí, me parece uno de los descubrimientos más importantes de esta semana.
Danila Tkachenko, Deserted observatory located in the area with the best conditions for space observations
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Danila Tkachenko, un ruso de 27 años que ya ha recibido distinciones (como Voies Off, siempre pendiente, el año pasado), hace fotos blancas : el blanco de la nieve, de la niebla, de la nevasca, de la desaparición. En ese blanco incomprensible (es una pena que aquí haya reflejos amarillos...) aparecen formas negras y grises primero imprecisas (aquí y allí un poco de color, un tubo oxidado, una barrera roja y blanca). Sin huella de vida, ni humanos, ni animales, sin huellas de pasos, sin espirales de humo, apenas un árbol enclenque en medio de la mineralización mortífera de un blanco absoluto.
Danila Tkachenko, Monument to the Conquerors of Space. The rocket on top was made according to the design of German V-2 missile, Moscou 2015
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Lo que vemos allí, en medio de esa nada, es otra nada memorial, vestigios secretos, restos olvidados, escondidos, prohibidos : Tkachenko ha perseguido por toda la ex Unión Soviética, instalaciones en zonas que durante mucho tiempo estuvieron prohibidas, ausentes en los mapas y en los discursos, dedicados a una guerra fría implacable. Las formas que uno distingue, a veces con bastante dificultad pues la nieve y el viento alteran muchísimo la vista, son radares, antenas, búnkers, residuos de cohetes y también el submarino diesel más grande del mundo, tal ballena encallada; un barco rescatado en el cual perecieron en el mayor secreto, 122 náufragos y las huellas de una catástrofe atómica de 1957 en Tcheliabinsk, guardada secreta y cuya ciudad sigue aún hoy prohibida.
Danila Tkachenko, Memorial on a deserted nuclear station |
Todo está en ruinas, la memoria también quedó congelada bajo las prohibiciones.
A veces, surge de la bruma un monumento a los astronautas o a obreros heroicos, irrisorio. La utopía progresista y tecnológica esta muerta.
Danila Tkachenko, Headquarters of Communist Party, Yougostoichen, 2015 |
Y esa sede del Partido Comunista de osada arquitectura intergaláctica ya no es más que un búnker abandonado. Ya ha habido obras fotográficas de calidad sobre la explosión de la URSS y el final del comunismo, pero me parece que este es el primero que sabe traducir en imágenes tan finales, tan dramáticas, tan arruinadas, ese fin de un mundo.
La primera foto tomada en la exposición es del autor para mostrarles la polución visual amarilla : las otras son de la página del artista.
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