samedi 10 août 2024

En busca de la verdad de Yayoi Kusama

 

5 de agosto de 2024 por Lunettes Rouges

Yayoi Kusama, Dots Obsession – Aspiring to Heaven’s Love, vista de la exposición

Con frecuencia las instalaciones de Yayoi Kusama lo ponen a uno incómodo, todo ese derroche de pepas que lo cubren todo, toda esa acumulación obsesiva y esa forma de ocupar todo el espacio. Casi que nos reprochamos el encanto que nos producen, que incluso nos fascinen todos esos juegos de espejos, de cuartos cerrados y opresivos en los que la imagen se refleja por todas partes como una trampa para selfis – y estuve atrapado (pero la exposición en Pompidou fue mucho mejor, mucho mejor construida). Detestamos percibir detrás de las obsesiones geométricas el intenso marketing, la voluntad deliberada de seducir, el logo, y la venta de productos derivados (y la colaboración con Vuitton...). 


Detalle de la primera página del Daily News, 25 de agosto de 1969 (happening au MoMA)

Una gran exposición retrospectiva que mostraron en Hong Kong en 2022/23 y que está hoy en Oporto (hasta el 29 de septiembre) permite contextualizar el trabajo en su ambiente obsesivo, a la vez el de la filosofía «paz y amor» de la artista (diagnosticada esquizofrénica y que vive en un hospital psiquiátrico), y el de sus esfuerzos desesperados para hacer hablar de ella y de su trabajo. Su estadía poco fructuosa en Estados- Unidos (1957-1973), sus happenings, entre desnudez provocadora y protestas políticas, parecían ser ante todo los medios para intentar construir su fama, sin una dimensión estética muy marcada más allá de banalidades. 


Vista de la exposición Yayoi Kusama à Serralves, sala My Eternal Soul

Entonces tenemos demasiado la impresión de ser sutilmente manipulados por una jugadora destacada que supo crear un estilo que se reconoce de inmediato y se repite ad nauseam vestido de vocablos bastante vacíos. Desde ese punto de vista, su último periodo, los 900 cuadros que ha pintado desde 2021 con el título My Eternal Soul, son de una vacuidad impresionante. 


Yayoi Kusama, Accumulation of Hands, 1980

Sin embargo algunas obras seducen: entendemos los entresijos, entendemos todos los trucos para seducir, no nos dejamos engañar por el discurso banal pero nos aferra. Quizás sea la acumulación frenética que nos deja boquiabiertos: esta señora va hasta el agotamiento físico y mental para construir un universo y apropiarse el mundo, rebozando con lienzos inmensos de motivos que se repiten miles de veces, vistiendo un sofá con centenares de manos de caucho; una obsesión que genera un malestar que a veces sentimos ante ciertas obras de arte marginal, como si una fuerza superior al artista lo arrastrara contra su voluntad. 


Yayoi Kusama, The Moment of Regeneration, 2004


Ello es verdad por ejemplo con este bosque de apéndices rojo y negro en el cual los tentáculos que van de un lado a otro parecen haber escapado a su autora. Kusama es una maniaca del control, estético, ideológico y business, su trabajo es bastante previsible dentro de esos parámetros, pero a veces parece que se sale: y es entonces (rara vez) que podemos sentir algo que conmueve, que molesta, verdadero. 

Fotos del autor.




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