lundi 2 mai 2022

La ocultación de René Leichtnam en el MUCEM

 


29 de abril de 2022, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)


Dibujo de René Leichtnam


René Leichtnam nació en 1920 en Algeria que entonces era francesa. Lo diagnosticaron esquizofrénico y estuvo interno en hospitales psiquiátricos a partir de 1943. En 1962, su familia repatriada, lo dejó en Blida (Joinville). En 1963, con otros enfermos así abandonados, fue trasladado a Francia, al hospital de Picauville en Normandia; murió en 1993 en una casa de retiro cerca del hospital. El historiador Philippe Artières descubrió en los escombros del hospital, hoy abandonado y que explora con Mathieu Pernot, más de cincuenta dibujos y cartas de René Leichtnam, abandonados en un rincón del dormitorio común. Es el tema de una exposición en el MUCEM (hasta el 8 de mayo) y de un libro (recibido en servicio de prensa), intitulados los dos «Historia(s) de René L. Heterotopías contrariadas».


Portada del catálogo (detalle), con dibujo de René Leichtnam


Primero vemos la desaparición del nombre, la reducción del nombre (que aparece claramente en la firma d dibujos y cartas) a una simple inicial. En el contexto del arte marginal esta práctica puede justificarse cuando los pacientes están aún vivos, pero ello los reduce a su condición de pacientes y niega su existencia artística y su calidad de autor. Además es por eso que en 1965, el doctor Navratil fue, me parece, el primero que publicó dibujos de un paciente (Walla) con su nombre, haciéndolo pasar del estatuto de simple enfermo al de autor. La desaparición del nombre no sería tan grave si ello no fuera el primer síntoma de la ocultación de René Leichtnam que vemos aquí en obra. 


Vista de la exposición (foto François Deladerrière; escenografía Freaks); los dibujos de René Leichtnam están en la línea superior. En primer plano, Germaine Richier, El Corredor, bronce, hacia 1955.


En la exposición hay dos posibilidades para ver los dibujos de René Leichtnam. En la entrada en una pantalla pequeña se pueden ver en diaporama, pasan cada tres segundos, lo que evidentemente no deja tiempo para mirarlos bien ni ver los textos que llevan. A la exposición vayan con zancos o una escalera personal plegable, pues los dibujos están puestos a una altura de dos metros: pueden mirarlos todo el tiempo que quieran torciéndose la nuca, pero no esperen tampoco leer nada ahí. Queda el catálogo: si saca 19 euros puede ver unos treinta (de los cuales uno está cortado en dos en dos páginas diferentes, páginas 84 y 87), al igual que un fragmento de su carta al Dr. Achallé. Extraña falta de respeto con un artista. 


Dibujo de René Leichtnam, cortesía del servicio de prensa del MUCEM


La razón es sencilla: a René Leichtnam no lo consideran como un artista sino como un paciente, un paciente que le sirve de material, de «hilo rojo» a las teorías de Philippe Artières. Esos dibujos, dice la co-curadora Beatrice Didier, no son obras de arte sino simples documentos. De acuerdo, Artières lo pone en la Historia, pero al hacerlo, lo hace entrar a la fuerza en una demostración científica sobre la heterotopía, y parece utilizarlo únicamente en la medida en que puede servir de ejemplo para un discurso teórico. No es que el discurso sea estúpido o errado, ¡muy al contrario! Basándose en Michel Foucault (Artières fue director de los Archivos Foucault), convocando a Georges Perec, al Corbusier o a Frantz Fanon (quien ejerció en la sección indígena del hospital de Joinville, cuando René Leichtnam era interno en la sección de los europeos), enuncia las heterotopías a las que Leichtnam estuvo más o menos expuesto: el asilo, claro, la colonia, pero también, de manera más indirecta, los grandes conjuntos, estadio, playa, la exposición, el trasatlántico France. 


Dibujo de René Leichtnam


De las once mesas vitrina de la exposición, en una sola está Leichtnam, en las demás están los conceptos y los pensadores. También vemos unas esculturas de Germaine Richier (más arriba), de Sol LeWitt, de Étienne-Martin, un dibujo de Fernand Léger, una maqueta de Le Corbusier, todos movilizados para apoyar el propósito del comisario, todos a la altura de los ojos, todos bien visibles a diferencia de los dibujos de René Leichtnam. Una sola obra de arte marginal, una maqueta de barco de Auguste Forestier. Y (fue el único momento estimulante de mi visita) un corto de Yann Le Masson y Olga Baïdar-Poliakoff (con René Vautier) de 1961, sobre dibujos de niños argelinos durante la guerra de la independencia, «Tengo ocho años». 


Dibujo de René Leichtnam


¿Y si miráramos seriamente los dibujos de René Leichtnam? Puede que no sea uno los papas del arte marginal (pág.90, Artières se preocupa por aclarar que no es ni Lepage, ni Wölfli, ni Séraphine), pero hay en su trabajo una mezcla de sistematismo y de candor que atraen. La mayoría de los dibujos presentados aquí son dibujos a lápiz, de arquitectura, casas (individuales, de pueblo, de otros lugares, en lugar que de grandes espacios, al contrario de lo que teorizan), planos de estadios o de hoteles: sin fantasía, una organización bastante estructurada del espacio, sistematización obsesiva, líneas simples. Otros dibujos aportan el mismo rigor clasificador a objetos diversos: me gustó mucho la representación de quince vasos esquemáticos, cada uno con una marca de agua mineral (Vichy, Volvic, Badoit, …) o de bebida (limonada, Selz, ...), un intento de organización del mundo. Otros son más misteriosos: en una serie de «marinas», barcos, playas y tiburones, una cruz gamada al lado de una cruz Lorena (abajo). Otros muestran pájaros, frutas, peces, motivos múltiples que llevan con frecuencia, concienzudamente, juegos de degradados de colores; el más poético, me parece, intitulado «Teología de la paz en el mundo» (no está en el catálogo, ni en el dosier de prensa y del cual sólo les puedo ofrecer la mediocre imagen de arriba) representa a un hombre y a una mujer desnudos, recostados espalda contra espalda, cada uno al pie de un árbol esquematizado, ella con un bebé en brazos, él con un libro en el que dice «Paz=Pan». Al lado de los dibujos en los que Leichtnam intenta apropiarse el mundo imponiendo sus esquemas organizacionales, lo que justifica un análisis heterotópico, hay muchos otros en los que expresa sus utopías poéticas y sensibles, descuidadas en este enfoque teórico.


Dibujo de René Leichtnam



Los artistas marginales son presas fáciles: marginalizados, internados y privados de libertad (algunos), sin integración en el mundo del arte, solo encuentran rara vez personas que respetan su trabajo, y con demasiada frecuencia son objeto de apropiaciones, algunas veces financieras (por ejemplo Tichý con Buxbaum), a veces intelectuales, como en este caso. No son «verdaderos» artistas, sus dibujos nos son «verdaderas» obras de arte, y  René Leichtnam no es aquí sino un pretexto para llevar a cabo una historia teorizada, una «memoria paralela» de la segunda mitad del siglo XX. Es una lástima, se espera más, tanto del MUCEM como de un historiador reputado como Philippe Artières. 


Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire