02 juillet 2018, par Lunettes Rouges
(artículo original en francés, aquí)
Piter Hugo, The Honourable Justice Moatlhodi Marumo, 2005, Lambda print |
La exposición de Pieter Hugo en el Museo Berardo (hasta el 7 de octubre; viene de Wolfsburg y de Dortmund) es una retrospectiva bastante completa en la cual presentan cada una de las 14 series en una sala con paredes de colores diferentes cada vez. Las series casi en su totalidad están relacionadas con Africa, ya sea su país, la Sudáfrica pos apartheid, o Ruanda y las secuelas del genocidio, Nigeria y Ghana. Casi siempre son retratos grandes en colores de la gente in situ : niños ruandeses nacidos durante o después del genocidio, ghaneses en medio del humo de uno de los más grandes basureros de productos electrónicos, blancos sudafricanos pobres o jueces de Botswana con peluca, insignia colonial pomposa y ridícula. En una sala pequeña, su famoso juego de coloración blanco/negro de las pieles de sus compatriotas, abolición ficticia de la frontera racial.
Pieter Hugo, Abdullahi Mohammed with Mainasara, Ogere-Remo, Nigeria, 2007, C-print |
Otras imágenes igual de impresionantes nos muestran a su familia con sus empleados domésticos negros, a marginales sudafricanos o californianos, a actores de Nollywood. La serie menos atractiva es la china, aquí sentimos que Hugo no está muy cómodo, que no entiende mucho la cultura : ni las familias que hace posar torpemente al lado de sus sofás, ni los retratos de los amigos artsy de su asistente china tienen peso (sin embargo uno de ellos está en portada). La serie más sorprendente es la de los domadores de hienas nigerianos, faranduleros que acompaña en sus desvíos : la tensión entre lo urbano y lo salvaje, la complicidad entre hombres marginales y animales semi domésticos son conmovedoras (serie mostrada en Arles 2008). También podemos preguntarnos porqué siendo que Hugo es un retratista excelente se obstina en mostrar algunas naturalezas muertas que son o sosas o tontamente chocantes (el cadáver de un perro descuartizado); algo que no le sale para nada bien.
Piter Hugo, Looking aside, 2003-2006, vista de la exposición |
En medio de esos grandes y elocuentes retratos, dos series más bien discretas me llamaron la atención, de formatos pequeños, grises o de pocos colores y muy diferentes del resto. Una presenta retratos de ciegos y de albinos, gente al margen pero sin designación. Fotografiarlos es poco cómodo ya que algunos incomodan, los otros no intercambian visualmente, y mirarlos es casi igual de incómodo, aunque ceguera y albinismo sean temas ya bastante explorados. El formato recuerda también el de las fotos de identidad, el de las libretas de la época del apartheid, y más ampliamente, toda la herencia de Bertillon.
Piter Hugo, The Journey (panel 1). 2014, Archival pigment ink on baryta fibre paper
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La otra serie detonante muestra caras de pasajeros de avión durmiendo bajo sus máscaras; son fotografías al infrarrojo, imágenes robadas, caras feas de roncadores y alelados. Esta serie atípica que presentan en hojas de dieciséis fotos, evoca la vigilancia y el voyerismo. Se trata del individuo en medio del gentío, es la negación y la masa, y, al final, me pareció que esas imágenes indirectas tomadas al vuelo, son más fascinantes que sus bonitos retratos meticulosos con pose.
Fotos 1, 2 & 4 cortesía Museu Coleçao Berardo; foto 3 del autor.
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