(Artículo original en francés, aquí)
Juliao Sarmento, White Exit (2/3), 2010 |
La exposición de Julião Sarmento en la Fundación Gulbekian en París (hasta el 17 de abril), con el indecible comisariado de Ami Barak tiene un solo y único objeto, la mujer. Es banal, me dirán ustedes, nada verdaderamente original. Lo que pasa es que Sarmento, en este aspecto de su trabajo no pretende de ninguna manera rendirle homenaje a UNA mujer, ni narrarnos los encantos de lo eternamente femenino, ni encantarnos con la diversidad de su belleza, como cada cual lo hace desde la Antigüedad. No, sus mujeres no son sino objetos del deseo, blancos de una trágica aspiración masculina. La mayoría no tiene cabeza (en una pared de mi casa tengo un strip-tease de Julián Opie en donde los cuerpos no son sino formas geométricas simplificadas, la cabeza es un circulo, el pubis un triángulo y me gusta decir que es mi obra más erótica pues se reduce a lo esencial), un cuerpo apenas insinuado debajo de un vestidito negro; o entonces, sólo vemos un fragmento de cuerpo, una pierna que se escapa, senos pixelizados convertidos en objetos arquitecturales, o su sombra. Y cuando las podemos ver no son sino objetos desanimados, mujer de una belleza que te deja boquiabierto leyendo un texto banal (una receta de cocina) con voz ardiente, la striptisera que parece desafiar la gravedad, o colecciones de fotografías de desnudos presentadas como si fueran recuerdos de familia. Parece un recuerdo de un tiempo lejano en el cual no reinaba el puritanismo políticamente correcto, en el cual el deseo masculino no era ni misógino ni machista, en el cual el erotismo era aún un hijo de la liberación no un producto de consumo sobre bonito papel.
Juliao Sarmento, Forget me (with bucket), 2006 |
O quizás sólo se trate de una exposición de sensualidad y deseo, pero es sobretodo una exposición sobre lo trágico y lo imposible, sobre lo inalcanzable y el sufrimiento. Aquí las mujeres se escapan y se rehusan, la una se escapa apenas vista y sólo deja ver su pierna y uno se acuerda de las Passantes; otra recoge para ella misma la esencia de su placer : una balde lleno de miel entre sus piernas (y podemos fantasear con su anular amputado, castigo a su auto erotismo, o más posiblemente ¿ accidente de fabricación de la escultura ?). Esta (imagen abajo de la columna) que nos gustaría besar ya no tiene cabeza (ni tampoco, otro misterio, el auricular izquierdo), lleva unas medias sucias y viejas, conserva a su lado una caja de chinchetas sin duda para cerrarnos el pico. Además, todas esas acéfalas parecen sucias, de piel manchada, jaspeada, grisácea. Oscuros objetos del deseo, ¿ realmente ? Mujeres sumisas, dominadas, ¿ usted se lo cree ?
Juliao Sarmento, Parasito, 2003, captura de vídeo |
Y cuando al fin, fisgones eméritos y pronto perturbados, creemos ver a una desvistiéndose (en el taller del artista, otra señal que connota el artificio, y con una música bastante siniestra de Prokofiev), en realidad se está vistiendo (como las striptiseras de Zurka de los Cuentos líquidos del desconocido poeta portugués Jaime Montestrela*) - y la película está pasando al revés (y viceversa para ser preciso); y para poner los puntos sobre las íes el vídeo se llama Parásito. Las casi imperceptibles brechas gravitacionales del vídeo al revés (la manera como vuelan los cabellos, el sujetador abrochado con una sola mano, los aberrantes pliegues del vestido que sube solo a lo largo de las piernas), todo lo que indica la inversión del tiempo, hace que rápidamente el ojo se despegue de las formas agradables de la joven desnuda debajo de los velos, la atención cambia, el deseo es atrapado, la mujer que creíamos conquistada, "objetizada" reducida a su cuerpo-mercancía se nos escapa y nos conduce a otros lugares llenos de insatisfacción y de tragedia.
Juliao Sarmento, The Real Thing (vista parcial), 2010 |
En cuanto a la realidad, The Real Thing, "La Chose Même" (título del excelente catálogo, además), si se reduce a esas piezas cobradas, 121 marcos sobre una mesa, 121 mujeres más o menos desnudas, que podría ser la lista vana de sus conquistas (figuran, me dicen, su esposa actual y su ex), pero resulta que comprende las bellezas inalcanzables como Chloe Sevigny o Angelina Jolie, ¿ es la realidad ? ¿ No será más bien la señal de una trampa ? en la cuál estamos a punto de caer pero de manera consiente. Temblando suavemente de deseo, algo entumecidos, para retomar los títulos de dos otras de sus obras presentadas aquí (Faint Tremor, Numb).
Juliao Sarmento, Lacan's Assumption, 2003, capturas de pantallas vidéo |
A pesar de que está al principio de la exposición, sería mejor terminar con Lacan, el vídeo Lacan's Assumption, en el que una joven de una belleza asombrosa lee una receta de cocina portuguesa con una voz extraordinariamente erótica, cruzando y descruzando incansable, (pero púdicamente, nada que ver con Basic Instinct) las piernas, en una ordinaria silla de oficina (que veremos en Parasito); después nos cuenta, en inglés, un relato múltiple ayudándose con figuritas y, cuando sale de escena, la cámara la sigue con una excepcional sensualidad enamorada; y al fin respira delante del mar, después de haber nadado o después del amor, nadie sabrá. "El lenguaje se integra en lo real y lo transforma". Aquí, se destaca la instalación del mecanismo del deseo. Y ahí se halla la intención de toda la exposición.
Julaio Sarmento, Kiss me (with foam), 2005 |
*Jaime Montestrela, Contes liquides, traducción del portugués, et prefacio de Hervé Le Tellier, Éditions de l'Attente, 2012. Conte n°41 :
" Los mejores cabarets de Zurka, capital de Udzadidjan, ofrecen una atracción típica, el dress-tease, en el cual las dresstiseras llegan a la escena desnudas y se visten poco a poco. La tension se pone al máximo cuando al fin se ponen el largo khodjar de sayal bajo los aplausos del público enardecido."
Fotos 1, 4 & 6 del autor.
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