dimanche 25 janvier 2015

Koons : culo, o nada! (una obra moral)

21 de enero de 2015, por Lunettes Rouges



(Original en francés aquí)




Jeff Koons, Stay in Tonight, 1986, tintas grasas sobre lienzo, 1/2, 175.3x121.9cm, Wingate family collection


¿ La exposición Jeff Koons en el Centro Pompidou (hasta el 27 de abril) merece que hablemos de ella ?
Sí, si a usted lo ofusca, en nombre del trabajo bien hecho, puesto que el artista no produce él mismo sus obras, ya que tiene legiones de asistentes (¿ y qué ?). Sí, si usted desea criticar el mercado, el precio de sus (raras) obras y el apoyo sin falla de sus coleccionistas (¿ y qué ?), y profetizar su futura caída en nombre de la moral. Sí, si en nombre de la crítica de las finanzas internacionales, usted considera como una mancha en su hoja de vida el hecho que durante unos años haya sido trader para financiar el costo de producción de sus obras 
(¿ y qué ?, ¿ el artista sin un peso empleado en MacDonalds para ganarse la vida no es mucho más nefasto para el planeta ?). Sí, si en nombre del "buen gusto", a usted le choca el aspecto visual de la mayoría de sus obras.


Pero, si al contrario de tantos (estos temas representan 90% de las críticas a todos los niveles), poco le importa lo bien hecho del trabajo individual (ni la familia ni la patria tampoco), poco le importa la necesidad de un mercado del arte más o menos virtuoso, poco le importa el viejo mito plutocrático, poco le importa el buen gusto, entonces, liberado de esas anteojeras tan comunes, ¿ qué tiene usted que decir de su obra ?


Pues infortunadamente, no mucho. A pesar de volver a leer la bonita entrevista de Bernard Blistène, que lo hace modelo del placer para la clase media, a pesar de estar convencido de la inmensa cultura artística de Koons y de su filiación con los ready-made, a pesar de que soy sensible a las obras más "políticas" de su juventud (en particular su teoría iconoclasta -tan criticada por los críticos- de la abstracción como discriminación en favor de las clases dirigentes, como lo ilustran sus observaciones publicitarias- imagen aquí arriba), a pesar de que aprecio su fino trabajo de deconstrucción de iconos (electrodomésticos, balones, ...), sentí, durante toda la exposición un profundo aburrimiento.


En las antípodas del buen gusto políticamente correcto y del arte contemporáneo demasiado estándar, yo creo que ante todo el arte debe molestar, y el de Koons es demasiado liso, demasiado pulido, demasiado controlado, sin falla, sin una pizca de desgracia que suscite cualquier emoción, curiosidad, indignación, o empatía : ante un Koons generalmente sonreímos (o sino, protestamos a causa de la virtuosas razones evocadas más arriba).


SALVO ! Salvo una serie, una sala, la que le está prohibida a los menores, Made in Heaven. Es muy divertido que Philippe Dagen, al entrevistar a Koons lo encuentre hiperliso, hipercontrolado, salvo cuando se trata de esta serie. Yo no sabría predecir si Jeff Koons permanecerá en la historia del arte, pero si es así, será como heredero de Sade y de Courbet y no de David o de Duchamp (aunque este último, a veces, en secreto...), será porque habrá sabido liberar al mirón de su vergüenza, de su molestia, de su sentido del pecado frente al sexo . El trader, el padre de familia modelo (más tarde), la estrella del mercado, es también un gamberro y un hedonista. Precisamente, en el universo tan "kitsch" de la Cicciolina, encaje y porcelana entra y rompe todo visualmente. Aquí tenemos una escultura en mármol (más bien moderada), otra en cristal (penetración bastante clásica) y cuatro serigrafías (dos penetraciones, la una en primer plano- el ano de Ilona, la otra en posición-Andrómaca-Ilona on top, y dos cunilingüis, de los cuales uno lleva un consolador de cristal). Esas imágenes reflejan tal placer, tal felicidad, tal relajamiento que, a contracorriente de la moral (ya sea católica o feminista, aquí da lo mismo), uno se olvida de la vergüenza y del voyeurismo para poder al fin respirar el aire fresco de la subversión, instante único de esta obra sin asperezas. Sí, es ahí, y ahí únicamente, una obra moral.


Pues si, únicamente una imagen para ilustrar este artículo. Ya encontrarán muchas otras en cualquier lugar...


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